Bajo tinieblas de acero.



Afinidad a la hora de narrar hechos desafortunados. He aquí el gran problema. Cuenta la historia de un joven que flashaba enamorarse. Con qué ganas de estar así?! ¿Será la necesidad de sentirse querido plenamente? La verdad, no lo sé,  lo único que se es que vivo idealizando situaciones en mi bocho que nunca pasaron o que nunca van a pasar. 
El hecho de la imaginación a veces resulta tan frustrante y enfermizo. Tan desafortunado y manipulante. Tan rebuscado y tan nublado. Tan desgastante como traumante.
Aquí volvemos a filosofar y a entender que la felicidad siempre tiene que ser compartida. De qué sirve ser feliz si estás solo? De qué sirve no compartir la felicidad con alguien?! No tiene sentido.
Así que la lección del día es no idealizar situaciones con nadie, no maquinear e irte por caminos de la imaginación a lo ALICIA.  Solo vivir de los momentos y sobrevivir con la frase "DEJARSE LLEVAR"
Soy una rata de alcantarillas, me odio. *Besos creativos*

No hay comentarios: